He observado una tendencia: las personas que sufren en las relaciones abusivas, colocan al agresor por encima de sí mismas.
Primero déjeme definir lo que quiero decir con “relación abusiva”. No me reflero sólo a los abusos obvios, como la agresión física o la violencia doméstica. Una relación abusiva es donde su pareja, consistentemente le falta el respeto y le hiere como persona. Algunos ejemplos, entre otros, incluyen:
• Traiciones reales o virtuales
• Mentiras
• Chantajes emocionales
• Uso indebido de su dinero sin esforzarse para ganar el propio
• Exigencias sexuales egoístas y en contra de su voluntad
• Tácticas de intimidación • Amenazas
• Vicios que le ponen en riesgo
• Total control sobre su vida
• Aislamiento de amigos y familiares
• Abuso emocional, como ataques verbales, bullying y humillaciones
• Usa su amor por los hijos para conseguir lo que quiere de usted
• Se aprovecha de que usted está enamorado/a y amenaza con romper la relación, si usted no cumple con alguna exigencia.
Cualquiera puede sufrir con una relación abusiva, lo interesante, no es la maldad del agresor, sino la complicidad de la víctima.
Si está en una relación así, es momento de abrir los ojos y despertarse a la realidad. Una de las condiciones básicas para estar en una relación, es conocer su valor propio. Para eso necesita priorizarse, es decir, colocarse en primer lugar, antes que la otra persona.
El propio Dios dijo, que tenemos que amar a nuestro prójimo como a nosotros mismos. Es decir, si no se ama, no está en condiciones de amar a otra persona.
Cuando no se prioriza, las otras personas pueden sacarle ventaja. Y es eso lo que sucede en las relaciones abusivas. El abusador “siente el olor” de la baja autoestima de la víctima y usa eso en contra de ella.
A continuación lea el relato de la señorita Ruddy Castro quien aprendió a amarse primero así misma.
Ya estuve es una relación en la que hice de mi pareja “mi todo”, no importaba cómo me sentía y lo que pensaba, por eso aguantaba varias humillaciones y falta de respeto, lo que me costó lágrimas y sufrimiento, pero llegó un momento en que decidí terminar la relación. Al comenzar a participar en la Terapia del Amor, fui descubriendo cada error que había cometido, así comencé a desechar, todo lo que podía impe- dirme ser feliz en el área sentimental.
Hoy mis heridas están sanadas, maduré como personas y aprendí que todo tiene su tiempo, que si hago las cosas de manera correcta, recibiré lo que es justo para mí. Dios me bendijo, conocí a una persona que me respeta, con quien comparto los mismos objetivos e intereses. Pero esto sólo fue posible porque aprendí a valorarme y a valorar a los demás.
En la Terapia del Amor usted aprenderá a resolver y prevenir dificultades en el área sentimental. Todos los jueves a las 7, 10, 15 y especialmente a las 19Hs. Participe en la iglesia Universal más cercana a su hogar.