Los milagros suceden por la fe, pero el mayor problema de las personas es el hecho de estar vacías, pues, aunque hayan solucionado los problemas externos, eso no quiere decir que hayan solucionado lo que está por dentro. Tenemos que aprender a desarrollar la fe para que ella nos lleve a tener un encuentro con Dios. Vea lo que nos sucede cuando desarrollamos la fe:
– Cambia nuestra manera de pensar, pues a veces por más coherentes que sean nuestros pensamientos ellos pueden no agradar a Dios.
– Cambia nuestra manera de ver las cosas, porque mucha veces juzgamos por lo que vemos o interpretamos y eso tampoco agrada a Dios.
– Cambia nuestra manera de hablar, porque en momentos de ira se puede terminar hablando cosas que no se deberían, y eso no agrada a Dios.
– Cambia nuestra forma de andar, porque a veces lo que aprendimos en este mundo y en la vida infelizmente nos llevan por caminos que no agradan a Dios.
La fe nos impulsa y conduce a un cambio total. Y, por este hecho creemos que nuestra entrega y renuncia no será en vano. La fe nos hace entender que aquellas decisiones salvarán nuestra alma.
A veces usted ve los testimonios de las personas que hicieron un sacrificio y fueron transformadas, y usted se cuestiona por qué aquello no a sucedido con usted a pesar de haber sacrificado, pero lo que muchos ignoran es que aquellas personas que fueron transformadas no sólo sacrificaron un valor, sino toda su vida en el altar, se entregaron a sí mismos y eso es lo que hizo la diferencia.
PARA DIOS NO EXISTE SACRIFICIO GRANDE O PEQUEÑO, PARA ÉL EXISTE EL SACRIFICIO, QUE ES LA ENTREGA DE LA PROPIA VIDA, QUEDÁNDOSE EN LA TOTAL DEPENDENCIA DE ÉL.
“Y Moisés apacentaba el rebaño de Jetro su suegro, sacerdote de Madián; y condujo el rebaño hacia el lado occidental del desierto, y llegó a Horeb, el monte de Dios. Y se le apareció el ángel del SEÑOR en una llama de fuego, en medio de una zarza; y Moisés miró, y he aquí, la zarza ardía en fuego, y la zarza no se consumía”. Éxodo 3:1-2
LO QUE MOISÉS VIO FUE ALGO SOBRENATURAL; LA ZARZA NO SE CONSUMÍA POR EL FUEGO, Y ES JUSTAMENTE ESO LO QUE DIOS QUERÍA MOSTRARLE A MOISÉS, AQUEL FUEGO NO ERA PARA CONSUMIRLO SINO PARA ESTAR DENTRO DE ÉL.
La condición para que el fuego descienda es que usted suba al Monte, caso contrario continuará vacío.
“Entonces dijo Moisés: Me acercaré ahora para ver esta maravilla: por qué la zarza no se quema”. (Vers. 3) – La zarza seca, ardiendo en llamas, era la maravilla, y esa zarza representa su vida, pues una vez que usted tenga el fuego de Dios, su vida se tornará una maravilla.
“Cuando el SEÑOR vio que él se acercaba para mirar, Dios lo llamó de en medio de la zarza, y dijo: ¡Moisés, Moisés! Y él respondió: Heme aquí”. (Vers. 4) – Moisés se puso a la disposición de Dios cuando fue llamado, pero esa decisión cabe a cada uno, Dios siempre le va a llamar, pero es usted quien decide si colocarse o no a la disposición de Él.
“Entonces El dijo: No te acerques aquí; quítate las sandalias de los pies, porque el lugar donde estás parado es tierra santa”. (Vers. 5) – Quitarse el calzado significa quedarse en la total dependencia de Dios, pues cuando eso sucede Él se manifiesta. Puede que muchos le conozcan por sus fracasos, pero por causa del sacrificio todos verán la gloria de Dios estampada en su rostro.