Mi vida era un fracaso, mi familia era bien pobre, dentro de casa había mucha miseria, por esto decidí irme, así me involucré con personas que consumían alcohol.
Me casé y dentro de mi hogar se repetía la historia, para sustentar mi vicio no teníamos para comer, todo lo que ganaba me lo “bebía”.
Muchas veces llegué a maltratar a mi esposa tanto física como verbalmente, a pesar de que ella me apoyaba en todo. Me diagnosticaron diabetes y mi salud se fue deteriorando al punto que empecé a vomitar sangre.
El cambio de vida surgió cuando vi el programa de la Iglesia Universal por la televisión, cuando llegué, escuché hablar sobre la Campaña de Israel y sin dudar decidí participar, vi una oportunidad para alcanzar una transformación de vida.

Entregué mi vida en el Altar y fue así que recibí una nueva identidad; dejé el vicio del alcohol, hoy amo a mi esposa, la respeto y la cuido.
Mi economía cambió por completo, tengo dos negocios, dos terrenos, mi casa propia, puedo llevar a comer a mi familia donde ellos quieran y a pesar de la pandemia mis negocios siguen creciendo cada día.
“Entregué mi vida en el Altar y fue así que recibí una nueva identidad; dejé el vicio del alcohol, hoy amo a mi esposa, la respeto y la cuido.”
Sr. José Mendoza