“Entonces Acab convocó a todos los hijos de Israel, y reunió a los profetas en el monte Carmelo. Y acercándose Elías a todo el pueblo, dijo: ¿Hasta cuándo claudicaréis vosotros entre dos pensamientos? Si el Señor es Dios, seguidle; y si Baal, id en pos de él. Y el pueblo no respondió palabra.”
Claudicar significa, según la RAE, dejar de cumplir con las obligaciones o faltar a los propios principios.
Entendemos que el pueblo de aquella época había faltado con sus obligaciones y abandonado sus principios, pero ¿cuál era el principio espiritual de Israel? Ellos a diario ofrecían sacrificios para Dios y lo adoraban de esta manera, pero dejaron de hacerlo, así pasaron a ser un pueblo dividido e indenido, por momentos creían en Dios y por otros en Baal (dios pagano). Pero sólo uno era el verdadero Dios y Elías decidió lanzar un desafío, para probar que sólo el Señor es Dios.
“Y Elías volvió a decir al pueblo: Sólo yo he quedado profeta del Señor; mas de los profetas de Baal hay cuatrocientos cincuenta hombres. Dénsenos, pues, dos bueyes, y escojan ellos uno, y córtenlo en pedazos, y pónganlo sobre leña, pero no pongan fuego debajo; y yo prepararé el otro buey, y lo pondré sobre leña, y ningún fuego pondré debajo. Invocad luego vosotros el nombre de vuestros dioses, y yo invocaré el nombre del Señor; y el Dios que respondiere por medio de fuego, ése sea Dios… Y ellos tomaron el buey que les fue dado y lo prepararon, e invocaron el nombre de Baal desde la mañana hasta el mediodía, diciendo: !!Baal, respóndenos! Pero no había voz, ni quien respondiese; entre tanto… Entonces dijo Elías a todo el pueblo: Acercaos a mí. Y todo el pueblo se le acercó; y él arregló el altar de Dios que estaba arruinado… edificó con las piedras un altar en el nombre del Señor… Cuando llegó la hora de ofrecerse el holocausto, se acercó el profeta Elías y dijo: Señor Dios de Abraham, de Isaac y de Israel, sea hoy manifiesto que tú eres Dios en Israel, y que yo soy tu siervo, y que por mandato tuyo he hecho todas estas cosas. Respóndeme, Señor, respóndeme, para que conozca este pueblo que tú, oh Señor, eres el Dios… Entonces cayó fuego de Dios, y consumió el holocausto, la leña, las piedras y el polvo, y aun lamió el agua que estaba en la zanja. Viéndolo todo el pueblo, se postraron y dijeron: !!el Señor es Dios, el Señor es Dios!”. 1 Reyes 18:20-39
Elías no aceptaba ver al pueblo dividido, por eso hizo un desafío para que nadie dudara del Único Dios, el Único que transforma vidas.
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