Es chocante para todos ver las ruínas de una cuidad alcanzada por la guerra, pero existen otras ruínas, muchas veces invisibles, que son mucho más chocantes que las primeras.
Económicamente, físicamente, sentimentalmente, emocionalmente, familiarmente… infelizmente, son millones las personas que tienen su vida arruinada. Aunque el Señor Jesús, ya pagó el precio para que sus vidas fuesen reconstruídas, liberadas, perdonadas y salvas.
Él llevó sobre Si nuestras injusticias, dolores, ruínas, para que hoy venciéramos el pecado, la muerte. Pero, por causa de la desobediencia a la Palabra de Dios, la ignorancia, la acomodación, muchas personas no han tenido la oportunidad de buscar a Dios de forma bíblica, y sus vidas aún están destruidas…
Por eso no podemos ni debemos quedarnos indiferentes. No existe nada peor que ver a una persona, que fue hecha a la Imagen de Dios, que tiene ojos, oídos, boca, pies, cuerpo, pero la semejanza del mal y por eso vive viciado, enfermo, deprimido, pobre, maldecido, amargado, infeliz.
No existe nada más triste que ver una persona que se dice hija de Dios ser esclavizada o destruída por el mal, cuando el Señor Jesús ya dio Su Vida por ella en la cruz… no, amigo mío, definitivamente no podemos quedarnos indiferentes.