La envidia según la Real Academia Española de la lengua, significa tristeza o pesar del bien ajeno; es aquel sentimiento o estado mental donde aparece el dolor o desdicha por no tener lo que tiene la otra persona, sea en lo económico, cualidades u otras cosas.
La envida se caracteriza por el odio o disgusto hacia el éxito ajeno; es cierto que el envidioso, está poseído por el espíritu de la envida, que ciega los buenos ojos pero los malos ojos dejan todo el cuerpo en tinieblas.
Si usted ve su vida empeorar drásticamente, de la noche a la mañana dejó de tener estabilidad económica, y comenzó a llenarse de deudas, dentro de su hogar ya no hay unión y armonía o tal vez usted gozaba de una salud plena y ahora ya no, pues lo poco que gana, tiene que gastarlo con medicamentos para calmar su dolor, es muy probable que usted haya sido víctima de envidia.
En la Palabra de Dios encontramos varios ejemplos de envida que ha sido destructiva para el ser humano. Desde el punto de vista bíblico, la envidia quita las fuerzas, destruye, seca, pudre: “Cruel es la ira e impetuoso el furor, pero ¿quién podrá sostenerse delante de la envidia?” (Proverbios 27.4) Por esta razón, es que todos los VIERNES en la cadena de Liberación, se realiza una oración fuerte para arrancar toda actuación maligna, en la oportunidad nos colocaremos bajo el Manto Consagrado, que es la sombra del Omnipotente, donde encontraremos la protección que necesitamos tener, contra los males espirituales.