La fe necesaria para el recibir la cura está relacionada a la actitud de asumir la promesa divina.
La Palabra de Dios afirma que el Señor Jesús llevó sobre Sí nuestros dolores y enfermedades: “Ciertamente llevó Él nuestras enfermedades, y sufrió nuestros dolores…” (Isaías 53:4).
Cualquier enfermo que toma posesión de esa promesa es curado sin ninguna intervención humana. Sin embargo, es necesario que crea de hecho y de verdad.
Evidentemente, están los dones del Espíritu Santo en el ministerio de la Iglesia Cristiana, entre los cuales está el don de la cura divina. Por eso, son innumerables las personas beneficiadas por la manifestación de este don. Aún así, hay que creer de verdad en la acción del Espíritu Santo, por medio de Sus siervos.
Lamentablemente, no todos tienen fe para tomar posesión de la cura divina, lo que no significa que la cura no sea para todos, ¡sino sólo para los que creen!
Cadena de los 70
La Palabra de Dios dice: “… y yo quitaré toda enfermedad de en medio de ti”, entonces ¿por qué hay tantas personas enfermas? (Éxodo 23:25).
Querido lector, una buena salud la obtiene cuando busca a Dios con todo su corazón y con toda su fe. Por eso, aunque todo indique que para su caso no hay cura, por muy grave que sea, no acepte la enfermedad.
La Palabra de Dios afirma que el Señor Jesús llevó sobre Sí nuestros dolores y enfermedades