El Ayuno de la Alegría Completa, es un propósito de fe para quien desea acercarse a Dios y está basado en el capítulo 10 del libro de Daniel.
A lo largo de tres semanas, Daniel hizo un ayuno para alcanzar la sabiduría, el entendimiento, el socorro divino y fue respondido, porque fue perseverante y su fe estaba fundamentada en la Palabra de Dios, lo que lo hizo no desanimar ni dejar que la duda se apodere de su corazón.
Resistencia en 21 días
Cuando Dios habló con Daniel, reveló que su respuesta no llegó antes, no por falta de voluntad, sino porque había una batalla espiritual, que fue vencida por Daniel, en el décimo primer día.
“Mas el príncipe del reino de Persia se me opuso durante veintiún días; pero he aquí Miguel, uno de los principales príncipes, vino para ayudarme, y quedé allí con los reyes de Persia”. Daniel 10:13
Lecciones del Ayuno
La historia de Daniel nos muestra cuan importante es que nos santifiquemos todos los días. Daniel renunció a muchos privilegios de la casa del rey para agradar a Dios y obtener su respuesta.
La pregunta para usted es: ¿Cuándo fue la última vez que renunció a algo que le gusta, por agradar a Dios?
Sabemos que esta generación vive en modo automático. No importa donde esté, siempre habrá alguien con el celular en la mano, viviendo, prácticamente, en otra dimensión.
Ayuno para Santificarse
Delante de un escenario de malas noticias que llegan hasta nosotros, de toda la sensación de placer al quedar horas y horas en una red social, nunca fue tan importante desintoxicarse y santificarse.
Este momento de reflexión para conseguir oír la voz de Dios es importante, pues a medida que reducimos los ruidos de este mundo, tenemos más oportunidades de oír a Dios.
Un buen día mi llanto se convirtió en alegría…
En medio de tanta tristeza le pedí a Dios que me ayudara a salir de todo ese sufrimiento.
Sufrí abuso sexual desde los 5 hasta los 9 años, cuando le conté a mi madre lo que sucedía, ella dijo que la culpa era mía y que yo había nacido para ser prostituta. Tengo marcas hasta hoy de las palizas que ella me daba. En la adolescencia hui de casa, me involucré en la prostitución; deseaba morir e intenté el suicidio varias veces. Cuando llegué a la Iglesia Universal decidí luchar. Para mi sorpresa todo fue cambiando y cuando recibí el Espíritu Santo mi alegría se hizo completa. Él me volvió una nueva persona, vencí los traumas, perdoné y hoy vivo feliz junto a mi familia.
•• Amanda Sales