Todos los seres humanos quieren tener una nueva vida, sin embargo, no todos están dispuestos a luchar para tener esa nueva vida que tanto anhelan.
“Esto digo, pues, y armo juntamente con el Señor: que ya no andéis así como andan también los gentiles en la vanidad de su mente”. (Efesios 4: 17)
Los gentiles, representan a aquellas personas que están en el mundo sin conocer la Palabra de Dios, que no tienen compromiso con Él por falta de conocerlo y se podía decir que se apoyan en la fuerza de su brazo.
Por otro lado, están aquellos que reconocen y saben que sin Dios, ellos no pueden realizar nada y se someten Su señorío , ellos escuchan atentamente la Palabra de Dios con mucha alegría aun cuando la ella es de reprensión, se dejan moldear a través de aquella Palabra.
Estas dos clases de personas se las puede diferenciar por las actitudes que tienen a lo largo de la vida.
¿Qué usted ha mostrado con su carácter? ¿Qué usted ha mostrado con su conducta?¿La de un gentil o la de un hijo de Dios? Usted tal vez recuerde aquel dicho que dice: “Dime con quién andas y te diré quién eres”, pues así mismo es con Dios.
Y continúa diciendo más: “entenebrecidos en su entendimiento, excluidos de la vida de Dios por causa de la ignorancia que hay en ellos, por la dureza de su corazón; y ellos, habiendo llegado a ser insensibles”. (Vers. 18)
Hay muchas personas que perdieron la sensibilidad a causa de su manera de ser, no consiguen escuchar a la voz de Dios porque están distantes de Él y cerca de las cosas del mundo. Cuando la persona decide entregar su vida a Dios, ella da la espalda para el mundo y se coloca de frente a Dios desde ahí ella comienza a ser sensible a la voz de Él.
“…en cuanto a vuestra anterior manera de vivir, os despojéis del viejo hombre, que se corrompe según los deseos engañosos, y que seáis renovados en el espíritu de vuestra mente, y os vistáis del nuevo hombre, el cual, en la semejanza de Dios, ha sido creado en la justicia y santidad de la verdad.” ( Vers.20-24).