Tú, como hombre, debes conocer la rutina de un atleta profesional, el sol todavía no salió y él ya se está calentando y preparándose psicológicamente para el entrenamiento diario. Él tiene que dedicar su tiempo, exclusivamente, para eso y dejar de lado el ocio. La dieta es rigurosa, el desgaste físico y mental para alcanzar el resultado deseado, fácilmente lo lleva al límite. Todo esto para tener sólo la oportunidad de competir. Sin embargo, toda esa dedicación y disciplina no son garantía de victoria absoluta, ya que superando todos los obstáculos y consiguiendo llegar a la cima, probablemente, tendrá que enfrentar el olvido de la hinchada después del campeonato, que a veces, con el paso del tiempo, ni siquiera recuerda el evento.
En la Biblia, el apóstol Pablo comparó la vida del seguidor de Cristo con la de un competidor en los estadios. Sin embargo, según él explica, el que se dedica a alcanzar la Salvación, propuesta por el Señor Jesús, no compite por algo pasajero, sino que busca un premio que tendrá validez eterna. En Hebreos 12:4, vemos que es necesario «resistir hasta sangrar» en el combate contra el pecado.
Fue esto lo que alertó el obispo Renato Cardoso, durante el encuentro mensual exclusivo para hombres ocurrido en el Templo de Salomón, en la capital paulista.
“Sólo hay dos opciones: usted se resiste al pecado o usted es vencido por él. Es una guerra declarada de todos los días. ¿Y qué es pecado? Pecado es un error cualquiera. Es cuando usted trae un perjuicio para sí mismo. Jesús dijo que el camino que lleva a la Salvación es estrecho. Y usted tiene que aspirar eso porque en el combate al pecado, la mayoría ha perdido».
Tal vez usted compañero hasta esté pensando: «Pero no he podido vencer mis tentaciones. Parece que es algo más fuerte que yo.” Sin embargo, hay que aprender a perder para ganar. Es necesario que haya entrega. Y nosotros tenemos un hermoso ejemplo de ello en la Biblia: el Señor Jesús.
«La sangre habla de la pérdida, del sacrificio. Este ‘resistir hasta sangrar’ significa pagar el precio. Cuando se dice que el Señor Jesús resistió hasta la cruz, también quiere decir que Él mantuvo Su objetivo, Sus ojos en el cielo. Él no apartó su mirada del cielo. Para Él la pérdida que estaba sufriendo era momentánea. Él, al parecer, iba a perder pero sabía lo que iba a ganar», aclaró el orador.
¿Será que usted amigo, verdaderamente, «resistió hasta sangrar» en la carrera para alcanzar la Salvación de su alma? Autoevalúese y sí su pensamiento es errado entonces cámbielo con tal de no perder esta batalla.
¿Ya conoce el Proyecto IntelliMen?
Cambiar de vida no es algo que ocurra sólo por quedarse parado esperando a que suceda, es necesario actuar. Cuanto más se demora en promover ese desarrollo personal, más tiempo usted pierde de ser un hombre ejemplar para su familia, de crecer profesionalmente, de solidificar su alianza con Dios, de dedicarse a algo realmente valioso.
Por eso no pierda tiempo: accede a www.intellimen.com y comience a participar del Proyecto IntelliMen. Es gratuito. Son 53 desafíos personales, propuestos por el obispo Renato Cardoso, que le ayudarán para su crecimiento. Usted también puede invitar a un amigo a participar.