En una situación desesperante y de sufrimiento, están los que claman por “misericordia”. Y cuando alguien dice que “concedió misericordia”, ¿será que está mostrando que perdonó, aunque la otra persona, a los ojos humanos, no merezca ese perdón? ¿Cuál es el verdadero significado de esta palabra tan comúnmente utilizada? Según el diccionario, la misericordia es la compasión suscitada por la miseria ajena. Indulgencia (facilidad para perdonar los errores cometidos por los demás), perdón o gracia. Y el misericordioso es aquel que perdona las ofensas que le hacen.
¿Y en el sentido bíblico? La misericordia es mucho más que solo un aspecto del amor de Dios, es el propio Dios.
Más que justo, Dios es misericordioso, y cuando aplica Su Justicia, la misma nunca contradice Su misericordia. La misericordia Divina, que perdona nuestros pecados, va más allá de nuestro entendimiento. Pero, para entender la profundidad de esta palabra, lo mejor es ir a la raíz de su origen. En hebreo, el verbo “LeRachem” , que significa “tener misericordia o pena”, tiene conexión con “querido” o “amado”, “Rachim”. Por eso, muchas veces es traducido por “amor”, pero también puede ser traducido por “bondad”, “benevolencia” o “benignidad”. La Biblia está permeada de la misericordia Divina hacia los hombres, mostrando cuánto la humanidad necesita de Dios. La palabra “misericordia” aparece aproximadamente 150 veces en las Sagradas Escrituras. Cuando somos misericordiosos, somos como Dios (San Lucas 6:36).
¿Usted está preparado para actuar como Él?